15 de septiembre: Día Mundial del Linfoma
Viernes, Septiembre 14, 2018
De acuerdo con la especialista en Hematología del Hospital de la Baxada, la Dra. Virginia Castoldi, el linfoma “es el crecimiento anormal de células en el sistema linfático. Cuando los linfocitos se multiplican de modo anómalo o no mueren cuando se les ordena, pueden reunirse en los ganglios linfáticos y formar tumores llamados linfomas”.
Los linfomas se dividen en dos grandes categorías: linfomas de Hodgkin (también conocido como enfermedad de Hodgkin) y linfomas No Hodgkin, que es el que presenta mayor incidencia. El linfoma de Hodgkin es una forma de linfoma maligno poco frecuente. Por su parte, el linfoma No Hodgkin puede ser de 30 subtipos diferentes que se clasifican en dos grupos, dependiendo de la velocidad de crecimiento del tumor:
1 - Indolente o de bajo grado: Las células tumorales se dividen y multiplican lentamente, lo cual dificulta el diagnóstico inicial. Los pacientes con este tipo de linfoma pueden llegar a vivir muchos años con la enfermedad, aunque el tratamiento habitual no puede curarlo en sus estadios avanzados
2 -Linfoma agresivo o de alto grado: Presenta un alto grado de multiplicación celular y peor pronóstico.
Diagnóstico
“Se trata de estudiar microscópicamente el tejido del ganglio u otro órgano afectado, como un hueso, un pulmón, hígado u otro. La biopsia es la única técnica válida para diagnosticar el linfoma y conocer su tipo exacto, y resulta absolutamente imprescindible para determinar el tratamiento a que seguir”, explicó Castoldi.
Ante la sospecha de la presencia de la enfermedad cada paciente debe realizar, a pedido de su médico:
• Análisis de sangre
• Radiografías de tórax
• Tomografía axial computarizada (TAC) o escáner de tórax, abdomen y pelvis
• Biopsia de la médula ósea
Castoldi detalló que “estos estudios se realizan con el objetivo del tipo de linfoma, grado de afectación de los órganos y el estadio de la enfermedad, información fundamental para establecer el tratamiento a seguir en cada caso”.
Síntomas más comunes
• Hinchazón indolora en los ganglios linfáticos-que se puede sentir en el cuello, la zona de la clavícula, axilas o ingle.
• Fiebre, especialmente por la noche.
• Sudores, escalofríos o cambios de temperatura.
• Pérdida de peso inexplicable.
• Pérdida de apetito.
• Fatiga y cansancio inusuales.
• Tos persistente.
• Disnea (falta de aire).
• Picazón persistente en todo el cuerpo sin causa aparente o sarpullido.