“Lo que educa y hace felices a los niños es el tiempo que les dedicamos”

Día del Niño

Con motivo del Día del Niño los especialistas del Hospital reflexionaron acerca de la importancia del tiempo del adulto para el juego con los niños y de la presencia de lo lúdico en la vida, así como en los tipos de juegos que contribuyen a su desarrollo.

Actualmente, el Día del Niño es una fecha en que abundan las publicidades de juguetes dirigidas a adultos tanto como a niños, cada vez más atravesados por los valores de la sociedad de consumo donde los deseos sanos de jugar son traducidos en una demanda comercial que no siempre tiene relación con las necesidades reales del niño. 

“Lo único que tiene que hacer un niño hasta los cinco años es jugar, porque los juegos maduran su sistema nervioso y psicomotriz. Pero hay que tener en cuenta que es fundamental que el juego esté presente también con los adultos: armar rompecabezas o construir cosas con los chicos, resolver problemas o hacer actividad física con ellos. Son todos juegos que fomentan la curiosidad, la investigación, el conocimiento y las relaciones sociales”, afirmó el pediatra del Hospital, Damián Monzón.

Asimismo, la psicóloga infantil del Hospital, Natalia Fernández Arrechea, aclaró que a la hora de elegir un juego para los niños no hay que olvidar que lo más importante no es el juguete en sí mismo sino con quién se juega. “El juego que es necesario que el adulto proponga es un juego con un otro, de atención y de mirada. Se trata de jugar juntos porque te quiero y me importas. Además, es fundamental que antes de imponer las reglas podamos escuchar qué proponen ellos, porque así revelan cómo están viendo el mundo. De este modo, podemos poner al niño en el lugar del generador, del constructor, inventor, autor, con juegos que giren en torno de estas habilidades.”

Desde un punto de vista psicológico la profesional explicó que en la infancia todo niño vive primado por el principio del placer: quiere hacer cosas sin restricciones ni límites entre la realidad/fantasía. “¿Cómo puede un niño hacer realidad un deseo sin la fantasía? La verdad es que lo hace jugando, porque jugar es ´hacer como sí´, es como soñar despierto en un mundo donde todo es posible. Por eso es importante que vaya acompañado de la mirada del adulto, que el adulto pueda abrirle puertas al conocimiento, que le relate cuentos e historias familiares, lo lleve a museos y al aire libre.” 

A su vez, la especialista reflexionó acerca del rol del adulto: “como adultos tenemos que preguntarnos seriamente qué infancia estamos construyendo. Lo que educa y hace felices a los niños es el tiempo que les dedicamos. Muchas veces creemos que todo lo que no podemos resolver es un problema, ello se denomina ´patologización de la infancia´ y es producto de no tener tiempo para ellos.  El tiempo placentero de cosas compartidas, esos momentos hermosos de la infancia que pueden atesorar si les damos lugar. No debemos olvidarnos de que si un niño es feliz y educado en su infancia, lo más probable es que sea un adulto sano”, explicó la profesional. 

Dispositivos electrónicos y video juegos
En estos días es muy común observar que el tiempo libre está directamente vinculado con la atención que los niños le brindan a los dispositivos móviles, pero ¿cuánto tiempo los niños ven a los adultos inmersos en las redes sociales? ¿Son los más grandes los adictos y los chicos los imitan? “Si no queremos que ellos lo sean, hay que recordar que la principal educación es con el ejemplo. La clave con los dispositivos es la medida y la importancia que les da el adulto”, aseguró la psicóloga infantil. 

De acuerdo con Monzón “no está sugerido el uso de dispositivos electrónicos y video juegos en menores de ocho años porque son muy adictivos. Es preferible que jueguen al fútbol y fomenten las relaciones sociales. Los mejores juegos son gratuitos: la escondida, la cachada, el veo veo, ese tipo de juegos que se han perdido bastante y hay que volver a enseñar”, sugirió. Por último, Monzón agregó que los canales de TV para bebés no son recomendables porque pueden sobre estimularlos con los colores y sonidos, ocasionando dificultades para dormir y mucha ansiedad. 
 

Fuente: Área de Prensa y comunicación institucional del Hospital de la Baxada